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El embarazo y otras situaciones de la vida

1. Padecer una enfermedad crónica

Imagen ilustrativa de una enfermedad crónica

1. Padecer una enfermedad crónica

Para que la mujer que sufre un problema de salud crónico pueda disfrutar del embarazo, se recomienda que planifique la gestación de manera que se produzca en un momento en que la enfermedad esté estabilizada. La gestante con una enfermedad crónica puede necesitar unos controles específicos, pero se puede beneficiar, como cualquier otra mujer, de los consejos del equipo de salud o de los grupos de preparación para el nacimiento, el parto y la crianza.

Es necesario que la mujer informe del equipo de salud especializado en su enfermedad del deseo gestacional, ya que será el encargado de asesorarla sobre los cambios de hábitos (la dieta, la actividad física, el descanso, la higiene postural, etc.) que le ayudarán a conseguir y mantener el embarazo.

En la mayoría de casos, la gestante que tiene una enfermedad crónica se considera una gestante de riesgo alto obstétrico, por lo que la visita preconcepcional es especialmente importante.

El seguimiento del embarazo se suele hacer en el hospital, ya que la gestación de riesgo alto requiere un seguimiento especial con controles específicos, según la patología o la enfermedad crónica.


1.1 Problemas endocrinológicos

 

  • enfermedad tiroidea

    La glándula tiroides sufre una sobrecarga durante el embarazo, por lo que es necesario que la mujer que sufre problemas de tiroides visite el endocrinólogo para que le ajuste la medicación antes de la gestación. Hoy día, los fármacos para tratar los trastornos tiroideos son compatibles con el embarazo.

    El hipotiroidismo tiene una importancia especial, porque puede provocar subfertilidad e infertilidad y aumenta el riesgo de aborto durante el primer trimestre. Una de las causas del hipotiroidismo es el déficit de yodo en la dieta, elemento imprescindible para la fabricación de hormonas tiroideas. Hay que tener en cuenta que, a partir de la 10ª semana de embarazo, el feto ya no depende de las hormonas tiroideas maternas, sino de su propia tiroides, por lo que necesita un aporte suficiente de yodo que provenga de la ingesta materna . Esto es especialmente importante en mujeres que padecen hipotiroidismo y en poblaciones en las que este problema de salud es endémico y hay un índice de hipotiroidismo neonatal muy alt. Por ello, se recomienda que toda la población utilice sal yodada y que todas las mujeres embarazadas, tengan o no problemas de tiroides, tomen un suplemento de yodo.

 

  • diabetes mellitus

    La diabetes puede ser pregestacional o gestacional, si se detecta durante el embarazo. También puede ser insulinodependiente o no. En todos los casos se considera una gestación de riesgo alto. Es conveniente que las mujeres con diabetes planifiquen el momento de la gestación para que los niveles de azúcar en la sangre estén lo más equilibrados posible.

    Hay que recordar que el embarazo ya es un proceso diabetogen por sí mismo (aumenta el nivel de azúcar en la sangre), con una cierta resistencia a la insulina. Unos niveles de azúcar altos durante el embarazo pueden afectar negativamente al feto y la gestación, ya que conllevan riesgos de aborto, de malformaciones fetales y de muerte.

    Las complicaciones crónicas severas de la diabetes (nefropatía, retinopatía y cardiopatía) se consideran una contraindicación absoluta o relativa de la gestación, según el tipo y la gravedad de la complicación, ya que el embarazo puede agravar los síntomas y, incluso, hacer peligrar la vida de la mujer.

    El endocrinólogo o la enfermera especialista es quien ayuda a la mujer a ajustar la dieta, la insulina y la actividad física en el nuevo estado, con el objetivo de evitar cambios repentinos en la glicemia (hipoglucemia o hiperglucemia) y de conseguir un buen control metabólico. Así, pues, la mujer hace el seguimiento del embarazo con el obstetra, pero también necesita un control cercano del equipo de endocrino.

 

1.2 Problemas hepáticos y digestivos

La gestación se caracteriza por una ralentización del tránsito intestinal que se debe a la relajación de la musculatura del sistema digestivo y al desplazamiento que sufren los órganos abdominales por el crecimiento uterino. Esto hace que puedan empeorar o descompensarse los problemas de salud ya existentes, como el estreñimiento, el reflujo gastroesofágico (el paso del contenido gástrico al esófago), la pirosis (sensación de ardor en el esófago), la gastritis ( inflamación de la mucosa gástrica), la úlcera gástrica o los cólicos hepáticos. El crecimiento uterino también produce un aumento de la presión sobre el recto y puede provocar o agravar las hemorroides, por lo que puede llegar a causar trombos.

En estos casos, se recomiendan cambios higiénico y un tratamiento farmacológico (protectores gástricos o antiácidos) o quirúrgico (en el caso de hemorroides trombosado), si es necesario.

 

1.3 Problemas cardiovasculares

Otra característica de la gestación es la sobrecarga del sistema cardiocirculatorio, debido al aumento de la volemia (volumen de sangre circulante) y de la retención de líquidos en los tejidos.

 

  • cardiopatías

    Las cardiopatías hacen que el corazón tenga que trabajar más. Así, pues, la mujer embarazada que sufre una cardiopatía debe estar lo más estabilizada posible. En los casos de cardiopatía grave (grado IV), el embarazo está contraindicado. Si la cardiopatía es congénita, se recomienda hacer un estudio de diagnóstico prenatal precoz.

 

  • Varices en las piernas

    La mujer con varices en las piernas puede ver agravado su problema de salud. Durante la gestación, el retorno venoso de las extremidades inferiores se ve afectado directamente por el aumento de la presión abdominal, debido al incremento del volumen uterino, lo que dificulta el retorno de la sangre de las extremidades inferiores hacia el corazón. También pueden aparecer varices vulvares, que pueden ser asintomáticas (sin molestias) o muy dolorosas. Hay que valorar en cada caso la necesidad de adoptar medidas físicas y de higiene postural.

 

  • hipertensión

    La hipertensión en una mujer gestante puede tener consecuencias graves, tanto para el feto (por ejemplo, prematuridad y retraso del crecimiento fetal) como para la gestante. La mujer embarazada que sufre hipertensión puede sufrir un agravamiento de su estado que puede provocar, durante el primer y el segundo trimestre, el aborto y llegar, incluso, a la eclampsia (convulsiones debidas a la HTA que se pueden dar al segundo y el tercer trimestre). Es necesario mantener la TA por debajo de 140/90 mmHg, pero sin llegar a bajarla hasta el punto de que comprometa la circulación entre el útero y la placenta (circulación uteroplacentaria).

    Tanto en el caso de la mujer con HTA crónica como en el caso de quien la padece durante el embarazo por primera vez, la gestación se considera de riesgo alto y el consejo preconcepcional pasa por introducir cambios en la medicación y en los hábitos dietéticos.


1.4 Problemas hematológicos

Las mujeres que sufren problemas hematológicos tienen más riesgo de aborto y de sufrir tromboembolismos (taponamiento de una vena). Por ello, es conveniente informar al equipo de salud del deseo de quedar embarazada y llevar un seguimiento analítico específico.

La anemia, la alteración de la coagulación o la plaquetopenia (disminución en el número de plaquetas en la sangre) influyen en el parto (pueden hacer que sea vaginal o por cesárea) y en el tipo de analgesia a utilizar (por ejemplo, la alteración de la coagulación es una contraindicación para la analgesia epidural).


1.5 Problemas respiratorios

La mujer con problemas respiratorios puede ver agravado su estado, sobre todo a partir de la 24ª semana, debido a la compresión pulmonar provocada por el desplazamiento de las vísceras abdominales. La disnea (dificultad respiratoria) y la sensación de cansancio pueden aumentar significativamente y verse agravadas por elanemia y por el edema (inflamación) de la mucosa nasal propios del embarazo.

Las mujeres asmáticas, normalmente, pueden continuar su tratamiento habitual durante el periodo preconcepcional y durante la gestación.


1.6 Problemas musculoesqueléticos

El embarazo provoca una serie de cambios en la estática de la mujer. Estos cambios pueden agravar lesiones crónicas como la lordosis (curvatura excesiva de la porción lumbar de la columna) o la escoliosis (desviación lateral de la curvatura normal de la columna) y provocar dolor y ciática.

1.7 Problemas urinarios

La bacteriuria asintomática es una infección de orina que puede pasar desapercibida en la mujer gestante. Si tiene problemas renales o urinarios previos, puede llegar a desarrollar una pielonefritis aguda (inflamación de los riñones y de los uréteres a causa de una infección de orina o de una obstrucción ureteral o renal) con consecuencias graves, como la amenaza de parto prematuro (APP)


1.8 Problemas neurológicos

El abordaje de la gestación en las mujeres con problemas neurológicos depende del tipo de trastorno, del grado de afectación y del estadio de la enfermedad. No todas las enfermedades neurológicas afectan la gestación, pero algunas aumentan el riesgo de complicaciones fetales y maternas.

 

  • epilepsia

    Los tratamientos anticonvulsivantes interfieren en la absorción de ácido fólico, por lo que hay que aumentar la dosis preconcepcional de 0,4 mg / día, que se da en gestaciones normales, a 5 mg / día. Hay que cambiar la medicación habitual para la epilepsia o suspenderla, ya que los anticonvulsivantes son teratógenos (pueden provocar malformaciones fetales). También hay que tener en cuenta que las crisis parciales y las ausencias no afectan al feto, pero sí le afectan las convulsiones, que pueden conllevar consecuencias graves también para la madre.

 

  • Cefalea (migraña)

    Las cefaleas suelen mejorar durante el segundo y el tercer trimestre, excepto las de origen tensional. Hay que saber que la mujer gestante que sufre cefalea puede hacer tratamiento médico con paracetamol o analgésicos más potentes sin perjuicio para el embarazo ni para el feto. También es importante que la mujer conozca las alternativas no farmacológicas, como las terapias complementarias: El yoga, las técnicas corporales, etc.


1.9 Problemas psíquicos

El embarazo es un período en que empeoran sensiblemente los síntomas de los trastornos psíquicos, ya que, a menudo, la mujer debe renunciar a la medicación habitual; además, los cambios fisiológicos propios de la gestación y del parto también pueden inducir a un agravamiento de los síntomas. El período de riesgo máximo es el puerperio: durante el embarazo, disminuyen los síntomas de enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, pero se agravan en el puerperio, con lo que aumenta el riesgo de sufrir depresión puerperal.

una y diez Cáncer

La gestación no agrava ni minimiza los procesos cancerosos, excepto en el caso del cáncer de pecho y el melanoma. Si el diagnóstico y el tratamiento se han hecho durante el período periconcepcional o durante el primer trimestre del embarazo, hay que tener en cuenta que la radioterapia es altamente teratógena (puede provocar Consejos antes de la gestación el feto). Hay que evaluar el riesgo que implica para la mujer el retraso de la terapia anticancerosa hasta el posparto, y, para el feto, los riesgos que implican tratamientos como la hormonoterapia, la quimioterapia o la cirugía.

 

1.11:XNUMX. infecciones

Las infecciones pueden ser producidas por virus, bacterias, protozoos, plasmodios y hongos.

  • Hay un grupo de enfermedades infecciosas, llamadas TORCH (toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus y herpes), Con varios agentes causales, pero con características similares en cuanto a los efectos sobre el feto. Las TORCH tienen las siguientes características:

    - Son asintomáticas o leves para la mujer;
    - Afectan el feto de manera variable;
    - Causan retrasos en el crecimiento uterino;
    - Causan secuelas crónicas irreversibles;
    - Se pueden diagnosticar con una analítica.

    La afectación fetal de la infección depende del momento de la gestación en que se produce la infección y del tipo de microorganismo. La transmisión se produce a través de la placenta, durante la gestación, o bien a través del canal del parto.

Hay que tener en cuenta, sobre todo, las enfermedades de transmisión sexual y prestar atención a las mujeres con problemas inmunológicos de base, para aconsejar y poder incidir, más concretamente, en la prevención de las enfermedades infectocontagiosas.

  • Infección por VIH

    Con un buen control de las madres infectadas por el VIH y con los tratamientos actuales, la probabilidad de transmisión de la enfermedad al bebé es muy baja.
    Estas gestantes deben ser controladas por un equipo de profesionales expertos.
     


1.13:XNUMX. problemas dermatológicos

Durante la gestación, también se producen cambios en la piel, que pueden ser temporales, como el aumento de la cantidad de pelo facial o la aparición de acné, o definitivos, como las estrías. Hay algunas enfermedades de la piel o dermopatías propias del embarazo que causan la aparición de manchas o dermatitis, normalmente con prurito (picor), que desaparecen después del parto.
 

"Enfermedad crónica", d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE, Con modificaciones realizadas por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sabadell

2. Actividad laboral de riesgo


2. Actividad laboral de riesgo

El riesgo en la actividad laboral es uno de los aspectos que se valora durante la visita preconcepcional o en la primera visita de seguimiento del embarazo. Existe una normativa específica que regula la exposición de la mujer gestante a agentes de riesgo en la actividad laboral y que establece los criterios de valoración de los riesgos siguientes.

  • agentes teratogénicos. Algunos fármacos, las radiaciones, los gases anestésicos, el CO2, Los pesticidas, los productos químicos, el humo y el polvo pueden tener efectos teratógenos.
  • Posturas y cargas de pesos. La bipedestación durante tres horas o más aumenta el riesgo de prematuridad. Además, puede agravar la presencia de varices. Cargar más de 3 kg aumenta el riesgo de dolor dorsolumbar, sobre todo en condiciones antiergonómicas y de forma repetitiva. Se desaconsejan las actividades extremas a partir del 5º mes (deportes de competición, danza, etc.).
  • trabajo nocturno. Se considera trabajo nocturno la jornada laboral que se desarrolla entre las 22 hy las 7 h. Aunque los efectos negativos de la nocturnidad sobre la gestación no son claros, se desaconseja que la mujer embarazada trabaje en este horario.
  • agentes infecciosos. No se aconseja exponerse a agentes infecciosos como la rubéola, el citomegalovirus, la hepatitis B, el toxoplasma, el herpes o la sífilis.
  • temperaturas extremas. La normativa laboral establece que la temperatura óptima para trabajar es entre 17 ºC y 27 ºC, aunque puede variar en función del tipo de actividad y del ambiente donde tiene lugar; también establece el grado de humedad y la velocidad del aire. El calor extremo (más de 36 ºC) aumenta claramente el riesgo de sufrir un aborto espontáneo. Por otro lado, una exposición continuada al frío puede tener consecuencias negativas locales (entumecimiento, insensibilidad, dolor y congelación) o generales (pérdida de concentración, confusión, descoordinación e hipotermia); así, pues, los ambientes laborales con temperaturas inferiores a 0 ºC afectan negativamente el embarazo.
  • ruido. Un ambiente de trabajo con más de 100 dB se considera ruidoso. Exponerse a un ambiente de este tipo puede provocar hipoacusia y efectos sobre el sistema nervioso o cardiovascular. La mujer embarazada no debe exponerse a ambientes de más de 80 dB a partir de la 20ª o 22ª semana.
  • vibraciones. La exposición a vibraciones durante el embarazo aumenta el riesgo de desprendimiento de placenta, prematuridad y aborto espontáneo. La magnitud de los efectos de las vibraciones depende de la frecuencia y de la amplitud: cuanto más amplitud, más efectos negativos sobre el organismo y sobre el embarazo.

 

"Actividad laboral de riesgo", d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE

 

3. Gestación gemelar y múltiple


3. Gestación gemelar y múltiple

laembarazo de gemelos y el embarazo múltiple, Tanto si son espontáneos como conseguidos con técnicas de reproducción asistida, son considerados, respectivamente, de riesgo alto y muy alto. Se recomienda hacer el seguimiento en centros hospitalarios especializados, ya que es necesario un control ecográfico de los fetos más intenso. En este tipo de gestaciones, es normal que aumenten las manifestaciones físicas típicas del embarazo, como los vómitos y las náuseas, debido a los altos niveles de la hormona del embarazo, y aparezcan, precozmente, el estreñimiento, las hemorroides , la lumbalgia, las varices, la dificultad respiratoria (relacionados con el aumento del volumen abdominal), la taquicardia (relacionada con la sobrecarga cardíaca) y la anemia.

Las gestaciones gemelares y múltiples tienen más incidencia de complicaciones maternas y fetales, tales como:

  • aborto,
  • parto prematuro,
  • enfermedad hipertensiva del embarazo,
  • retraso del crecimiento intrauterino,
  • hemorragia posparto,
  • desprendimiento de placenta.


Las recomendaciones en el parto de gemelos dependen, principalmente, del estado de salud materno y fetal y de la colocación de los fetos.

En un embarazo múltiple se recomienda hacer una cesárea, pero, hoy en día, es una medida que está en controversia y se empieza a valorar el parto vaginal según las características de cada gestación.

 

"Gestación gemelar", d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE

 

4. Viajar embarazada


4. Viajar embarazada

Viajar, por placer o por cuestiones personales o profesionales, es una actividad habitual en la vida de la mujer, y viajar embarazada es cada vez más frecuente. Las precauciones a tener en cuenta dependen del medio de transporte, la distancia y el destino.

No está contraindicado en las gestantes sanas con un embarazo saludable ni viajar en moto ni ir en bicicleta, aunque no son los medios de transporte más recomendables.
 

 

"Viajar embarazada", d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE