Una pandemia que nos ha cambiado la vida.

• 16 de abril de 2020
• Eva A. Sánchez Martos
• sin comentarios

Como ya sabéis todos, hace unos meses que luchamos contra una pandemia que nos ha llevado multitud de cambios en nuestro Hospital ya las personas que lo mantenemos vivo.
Nos ha cambiado desde las herramientas de funcionamiento, como son los criterios de ingreso o el engranaje de los servicios hospitalarios, a la vida de los profesionales, como son los horarios asistenciales y la forma de afrontar nuestro día a día personal ... nos ha cambiado la vida.

Se puede decir que todo el Hospital se ha convertido en COVID-19.

Los profesionales que atienden estos pacientes han dejado a sus familias, en un segundo lugar, para dedicar todas sus fuerzas y su experiencia en la ayuda a los enfermos. Muchos, incluso, hace semanas que hicieron la maleta y se fueron de casa, dejando padres, hijos y parejas, para evitar llevar la infección a la familia o los compañeros.

Otros, por la edad, estaban catalogados de persona de riesgo de COVID-19 y se quedaron para ayudar en todo lo que fuera necesario, ya sea llevando un contenedor de muestras camino de una reunión o cogiendo su vehículo particular para llevar una pedido de paracetamol que hacía falta.

Hemos visto como profesionales de quirófano se adaptaban a la UCI o en Urgencias. Las unidades de cirugía o de medicina se convertían en expertas en infecciosas. Todo el mundo hizo cursos sobre EPIs con María o la Begoña de prevención de riesgos laborales.

Todos íbamos aprendiendo sobre COVID-19 gracias a la página de Comunicación del Taulí y al Comité Ejecutivo de Crisis que cada día iban publicando en la intranet del estado de la situación de emergencia. El trabajo enorme que hacen este profesionales desmontando "fake news" y aportando información de primera mano al resto de compañeros. Cada día consultàvem la información que aportaban para saber los cambios a realizar en nuestras intervenciones diarias con los pacientes. Siempre con la ilusión de ver que el número de afectados fuera más bajo que el día anterior.

Se crearon multitud de grupos de trabajo en redes sociales. Aprendíamos unos de otros. Podías saber qué hacían de nuevo en los hospitales Trias i Pujol, Dos de Mayo, San Pablo, Clínico o Arnau de Vilanova y tu aporte las novedades en tu servicio que sabías que otro profesional podía adaptar a sus necesidades.

   Llegaron datos de los cambios que estaban haciendo los ciudadanos. 

   Empezamos a ver imágenes de calles o la Ronda Litoral huecos en hora punta.

 

 

 

 

 

También apareció el calor de la sociedad, en forma de invención de herramientas para facilitar a los profesionales el día a día.

Así aparecieron los "salva orejas", las pantallas transparentes y las mascarillas de todas las formas y tejidos.

Las "Voluntarias de mascarillas / sombreros solidarios de Polinyà del Vallès", "Santa Rita", pitzzeria Il nuovo Sapore, Kirafranch (Clínica odontológica), la paciente Leonor, la vecina Carmen ...

Redes de pacientes, voluntarios y abuelas que se volvieron a poner delante de la máquina de coser para hacernos sombreros e incluso hiyab y capuchas.

 

Se han inventado respiraderos y herramientas para aprovechar material ya existente.

Cada uno según sus posibilidades y habilidades.

 

 

 

Dentro de todos estos cambios la Hospitalización a Domicilio también se adaptó a las necesidades del Hospital.
En un comienzo apoyamos las unidades que empezaban a tener pacientes cocido-19 llevando a domicilio los pacientes no COVID-19 para dejar camas libres.
A medida que el Hospital hacía la metamorfosis y se convertía en hospital COVID-19 nosotros también nos convertimos en HAD -COVID-19 y dejamos de salir a la calle para diseñar el edificio hospitalario Hotel Verdi.