Todas las emociones son legítimas y normales. Los niños necesitan sentirlas, vivirlas y experimentarlas para poder procesar y aprender a gestionarlas.
Para ayudarles en este camino, debemos saber reconocer tanto nuestras emociones como las de nuestros niños. Es necesario observar y entender lo que está pasando antes de dar una respuesta. También es importante poder poner palabras a lo que están sintiendo en ese momento (“estás enfadado”, “te da miedo”, “te gusta mucho”...) y así les vamos dando modelos de regulación y gestión de sus emociones y sentimientos.