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El embarazo y problemas de salud relacionados

 

Además de los trastornos leves y de los problemas de salud propios del embarazo específicos de cada trimestre, la mujer debe saber qué es normal y qué no lo es durante el embarazo, y conocer los servicios de salud que tiene a su alcance para usarlos en caso de urgencia.

primer trimestre


1.1 Metrorragia, 1.2 Aborto, 1.3 Gestación ectópica, 1.4 Hiperèmesi gravídica

segundo trimestre

 

2.1 Anemia, 2.2 Hipertensión gestacional, 2.3 Diabetes gestacional

tercer trimestre

 

3.1 Ciática, 3.2 Metrorragia, 3.3 Ruptura prematura de membranas, 3.4 Amenaza de parto prematuro, 3.5 Retraso del crecimiento intrauterino, 3.6 Muerte fetal, 3.7 Gestación cronológicamente prolongada

El reconocimiento de los signos siguientes favorece el diagnóstico precoz de los problemas de salud relacionados con el embarazo:

  • Metrorragia: hemorragia genital similar a una menstruación.
  • Dolor abdominal intenso que no cede con el reposo.
  • Contracciones regulares e intensas antes de la 37ª semana de gestación.
  • Ausencia de percepción de movimientos fetales, durante un día, a partir del 6º mes.
  • Sensación de cansancio exagerado y ahogo después de hacer esfuerzos pequeños.
  • Pérdida de líquido por la vagina.
  • Cambios en el flujo (color, olor o cantidad) y disconfort o prurito vulvovaginal.
  • Más de 38 ºC de fiebre.
  • Migraña persistente que no cede con analgésicos suaves ni con medidas físicas.
  • Molestias urinarias.
  • Diarrea intensa.
  • Dolor o inflamación de una variz.
  • Hinchazón persistente de pies, manos y cara.
  • vómitos persistentes
  • Alteración de la visión.
  • Ausencia de la percepción de movimientos fetales a partir del 5º mes.

 

 

Además de los trastornos leves y de los problemas de salud propios del embarazo específicos de cada trimestre, la mujer debe saber qué es normal y qué no lo es durante el embarazo, y conocer los servicios de salud que tiene a su alcance para usarlos en caso de urgencia.

primer trimestre


1.1 Metrorragia, 1.2 Aborto, 1.3 Gestación ectópica, 1.4 Hiperèmesi gravídica

segundo trimestre

 

2.1 Anemia, 2.2 Hipertensión gestacional, 2.3 Diabetes gestacional

tercer trimestre

 

3.1 Ciática, 3.2 Metrorragia, 3.3 Ruptura prematura de membranas, 3.4 Amenaza de parto prematuro, 3.5 Retraso del crecimiento intrauterino, 3.6 Muerte fetal, 3.7 Gestación cronológicamente prolongada

El reconocimiento de los signos siguientes favorece el diagnóstico precoz de los problemas de salud relacionados con el embarazo:

  • Metrorragia: hemorragia genital similar a una menstruación.
  • Dolor abdominal intenso que no cede con el reposo.
  • Contracciones regulares e intensas antes de la 37ª semana de gestación.
  • Ausencia de percepción de movimientos fetales, durante un día, a partir del 6º mes.
  • Sensación de cansancio exagerado y ahogo después de hacer esfuerzos pequeños.
  • Pérdida de líquido por la vagina.
  • Cambios en el flujo (color, olor o cantidad) y disconfort o prurito vulvovaginal.
  • Más de 38 ºC de fiebre.
  • Migraña persistente que no cede con analgésicos suaves ni con medidas físicas.
  • Molestias urinarias.
  • Diarrea intensa.
  • Dolor o inflamación de una variz.
  • Hinchazón persistente de pies, manos y cara.
  • vómitos persistentes
  • Alteración de la visión.
  • Ausencia de la percepción de movimientos fetales a partir del 5º mes.

 

primer trimestre

 

primer trimestre

 

1.1 Metrorragia

La metrorragia es una hemorragia genital similar a una menstruación. Durante el primer trimestre, una metrorragia suele indicar alguna anomalía de gestación, como, por ejemplo, una amenaza de aborto o una gestación ectópica. Es importante hacer un diagnóstico clínico y ecográfico.

 


1.2 Aborto

El aborto es la expulsión o extracción de la madre de un feto o embrión de menos de 500 g de peso (o menos de 22 semanas completas de gestación), independientemente o no de la existencia de signos de vida, y del que el aborto haya sido espontáneo o provocado.

En general, un 15% de las gestaciones de los países occidentales acaban con un aborto espontáneo, así, pues, es un hecho relativamente frecuente en mujeres sin problemas de salud. En la mayoría de los casos, se desconoce la causa, aunque pueden ser ovulares o maternas. Las ovulares están relacionadas con alteraciones cromosómicas o malformaciones del embrión, anomalías de la placenta o alteraciones hormonales. Las maternas se deben a enfermedades maternas, exposición a teratógenos o problemas uterinos.

Se consideran las siguientes situaciones:

 

  • Interrupción voluntaria del embarazo (IVE). La legislación en cuanto a la IVE es muy variable de un país a otro, inclusive dentro de la Unión Europea. En España, la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva regula la IVE y especifica:

"Artículo 14. Interrupción del embarazo a petición de la mujer.

Se puede interrumpir el embarazo dentro de las primeras catorce semanas de gestación a petición de la embarazada, siempre que concurran los siguientes requisitos:

a) Que se haya informado a la mujer embarazada sobre los derechos, prestaciones y ayudas públicas de apoyo a la maternidad, en los términos establecidos en los apartados 2 y 4 del artículo 17d'aquesta Ley.

b) Que haya transcurrido un plazo de al menos tres días, desde la información mencionada en el párrafo anterior y la realización de la intervención.

Artículo 15. Interrupción por causas médicas.

Excepcionalmente, se puede interrumpir el embarazo por causas médicas cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias:

a) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridades la intervención por un médico especialista distinto del que la practique o dirija. En caso de urgencia por riesgo vital para la gestante podrá prescindirse del dictamen.

b) Que no se superen las veintidós semanas de gestación y siempre que exista riesgo de graves anomalías en el feto y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención por dos médicos especialistas distintos del que la practique o dirija .

c) Cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico. "

La IVE se puede hacer por técnicas quirúrgicas o médicas. Las técnicas quirúrgicas incluyen la aspiración uterina y el legrado uterino (ambas tienen como objetivo el vaciamiento de la cavidad uterina). Las técnicas médicas consisten en la administración de dos fármacos: la mifepristona, que interrumpe el embarazo, y el misoprostol, que provoca la expulsión. La elección de una u otra técnica depende de criterios como: el criterio profesional, el tiempo de embarazo y la preferencia de la mujer.

 

  • Amenaza de aborto. Se produce una hemorragia intermitente de sangre roja o marrón, intermitente y, generalmente, escasa, acompañada o no de dolor, sin dilatación del cuello uterino. Con una ecografía, se puede confirmar la presencia del embrión y el latido fetal. No hay consenso en cuanto a la conducta o el tratamiento de la amenaza de aborto, sin embargo, generalmente se recomienda reposo, abstinencia sexual y conducta expectante, pero no se ha demostrado que estos consejos eviten el aborto. Se recomienda llevar a cabo un control ecográfico en unos días.
  • Aborto en curso. Se produce una hemorragia genital acompañada de dolor abdominal o lumbar, con dilatación del cuello uterino. Se puede adoptar una conducta expectante y esperar un aborto completo o decidir un ingreso hospitalario para hacer un legrado uterino bajo anestesia.
  • aborto completo. Se produce la expulsión de todo el contenido uterino: huevo, membranas y placenta. La hemorragia y el dolor se acaban espontáneamente. El cérvix (cuello uterino) se cierra y el útero vuelve a su tamaño.
  • aborto diferido. Es la interrupción de la gestación sin que se produzca la expulsión del embrión. Se diagnostica ecográficamente por la ausencia del latido fetal y por el estancamiento del crecimiento del embrión. La conducta puede ser expectante o hacer un tratamiento médico o quirúrgico.
 
Manejo del aborto espontáneo

El manejo puede ser expectante (dejar que el proceso de aborto siga el curso natural, sin interferir con medicación o cirugía) o con tratamiento farmacológico o quirúrgico.

Los médicos le explicarán en que consisten las diferentes opciones

Hay que tener en cuenta que la mujer que tiene un aborto, ya sea provocado como si es espontáneo, sufre una pérdida y debe pasar un proceso de duelo. Hay que respetar el proceso deaceptación de la pérdida, Animó a expresar los sentimientos, tanto a la mujer como la pareja, si la tiene, y ofrecerle una buena orientación profesional sobre alternativas terapéuticas.


No hay ninguna evidencia de que la mujer que ha abortado tenga que esperar un tiempo determinado para volver a quedar embarazada.

 


1.3 Gestación ectópica

La gestación ectópica es la que se produce fuera de la cavidad uterina. El 95% de estas gestaciones se produce en las trompas de Falopio.

Es manifestar con los signos y síntomas propios del embarazo, hemorragia genital escasa y dolor abdominal general. En los casos más graves, se puede llegar a romper la trompa comprometida, producirse una hemorragia importante, dolor agudo.

Los médicos le explicarán las diferentes opciones de tratamiento en el caso de diagnóstico de gestación ectópica.


1.4 Hiperémesis gravídica

Aunque las náuseas y vómitos son frecuentes hasta la 16ª semana de gestación en la mayoría de las mujeres gestantes, la hiperèmesi gravídica es un síndrome caracterizado por:


En los casos más graves hay que hacer un ingreso hospitalario.

Las gestaciones gemelares o múltiples tienen más riesgo de sufrir esta complicación, aunque también se asocia a factores psicoemocionales y al estrés materno. Aparte del tratamiento médico para corregir la deshidratación, hay que explorar los sentimientos de la mujer y el estado psíquico; el apoyo psicológico y emocional a la mujer ya la familia es, a menudo, la base para solucionar el problema.
 

 

Para más información: https://www.infermeravirtual.com/cat/situacions_de_vida/embaras#informacio_relacionada-l_embaras_i_altres_situacions_de_vida

Licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España (CC BY-NC-ND 3.0 SE)

 

segundo trimestre

 

segundo trimestre

 

2.1 Anemia

Hay diferentes tipos de anemia pero la más frecuente es la anemia ferropénica. Los valores de hemoglobina en la sangre por debajo de 9 g / dl se consideran anemia grave y la gestación, en este caso, es de riesgo alto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la anemia del embarazo es la concentración de hemoglobina en la sangre materna por debajo de 11 g / dl. La anemia fisiológica del embarazo se considera aquella con valores de hemoglobina hasta 11mgs / dl, hematocrito de 34% y 3.200.000 de hematíes. La anemia fisiológica de la gestación se debe a diferentes factores:

  • Aumento del volumen sanguíneo, sobre todo entre el 2º y 3º mes, que hace que el hierro de la sangre quede más diluido.
  • Aumento del consumo de hierro y folatos, que intervienen directamente en la absorción del hierro, debido al aumento de número de eritrocitos y del crecimiento fetal, sobre todo, a partir de la segunda mitad del embarazo.
  • Alteración en la absorción gástrica del hierro.


A menudo, la gestante que sufre anemia manifiesta síntomas, como palpitaciones, cansancio, palidez, mareo, etc., que pueden confundirse con las manifestaciones típicas del embarazo. Por ello, es importante confirmar la sospecha de anemia con una analítica. El diagnóstico se suele hacer a partir de la analítica del segundo trimestre; una vez diagnosticada la anemia ferropénica, es especialmente importante hacer una dieta con complementos de hierro y ácido fólico y seguir las recomendaciones dietéticas que aseguran la absorción.

Una anemia grave durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto, de prematuridad, de muerte perinatal y de infecciones postparto.
 

2.2. Enfermedad hipertensiva del embarazo o hipertensión gestacional (HG)

Es la hipertensión arterial (HTA) que se diagnostica durante el embarazo en mujeres con tensión arterial (TA) previa normal.

Se considera HTA cuando se obtienen valores iguales o mayores a 140 mmHG de TA sistólica (máxima) y 90 de diastólica (mínima) después de las 20 semanas de gestación y en dos tomas separadas por un mínimo de cuatro horas.

La HG más severa aumenta el riesgo de prematuridad y de complicaciones maternas y fetales graves.

La HG se puede presentar con varios grados de gravedad.

  • hipertensión gestacional. Presenta valores altos de TA asociados o no a la presencia de proteínas en orina. Es la HTA más leve y sólo hay que hacer un seguimiento específico de la gestación, que puede hacer la mujer en su domicilio, para controlar la TA y la presencia de proteínas en orina. También hay que ajustar la dieta y los hábitos de vida.
  • preeclampsia leve. Presenta valores de altos de TA y una cantidad significativa de proteínas en orina en dos determinaciones con tira reactiva separadas por un mínimo de cuatro horas.
  • preeclampsia grave. Presenta valores de TA por encima de 160/110 mmHg, con una cantidad significativa de proteínas en orina, disminución de plaquetas, alteración del hemograma, dolor epigástrico y síntomas neurológicos (cefalea, alteraciones visuales, etc.).
  • eclampsia. Presenta todos los signos y síntomas del punto anterior, además de convulsiones y coma.


Una vez diagnosticada la HG es necesario hacer un seguimiento estricto para controlar la TA, analíticas de sangre y de orina, control del bienestar fetal con RCTG y, en los casos más graves, se recomienda hacer un ingreso hospitalario y finalizar la gestación.

A pesar de que la HG se debe a factores relacionados con la gestación, también hay que aplicar medidas higiénico-dietéticas (una alimentación adecuada, ejercicio físico, control del estrés y control del consumo de sal y de alcohol) relacionadas con el control de la HTA.


2.3. diabetes gestacional

La diabetes gestacional es la que se diagnostica por primera vez en la gestación. Normalmente es asintomática y, por ello, se recomienda realizar el test de O'Sullivan (valoración de la glucosa plasmática venosa una hora después de la ingesta oral de 50g de glucosa) a todas las mujeres embarazadas en la analítica del 2º trimestre. También se recomienda realizar el test cada trimestre a todas las mujeres gestantes de más de 35 años con antecedentes familiares de diabetes o con antecedentes de diabetes gestacional en embarazos anteriores ya las mujeres gestantes con obesidad (con un índice de masa corporal mayor de 25).

Para conseguir un buen control metabólico, es necesario que la gestante aprenda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y orina y cuidarse con una buena alimentación y haciendo ejercicio. En algunos casos será necesario llevar a cabo un tratamiento con insulina.

En el control de la diabetes, también se deben seguir las recomendaciones dietéticas específicas.

 

 

Fuente: https://www.infermeravirtual.com/cat/situacions_de_vida/embaras#informacio_relacionada-l_embaras_i_altres_situacions_de_vida

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tercer trimestre

 

tercer trimestre

 

3.1 Ciática

Llamamos ciática el dolor lumbar causado por la compresión del nervio ciático que comienza en la nalga y que puede llegar hasta el talón. El peso del útero grávido conlleva modificaciones en la columna vertebral que pueden provocar el pinzamiento de este nervio.

En la mayoría de los casos, los síntomas mejoran con ejercicios específicos (estiramientos, yoga, etc.), antiinflamatorios y reposo.

 

3.2 Metrorragia

La hemorragia genital del tercer trimestre es un problema grave que normalmente va asociado a una inserción anómala de la placenta (placenta previa y variantes) o un desprendimiento de placenta.

  • placenta previa. La placenta se inserta cerca o encima del orificio cervical interno (OCI). La OCI es una parte del cuello uterino que es la salida de la matriz. Por ello, la implantación de la placenta en esta zona puede impedir la salida natural del bebé y producir hemorragias importantes si el cérvix se empieza a dilatar. Así pues, la inserción placentaria es uno de los aspectos que siempre se busca en las ecografías obstétricas. La hemorragia por placenta previa no suele producir dolor.
  • Desprendimiento de placenta. En situaciones normales, la placenta se desprende después del nacimiento del bebé. Uno de los problemas más graves que puede haber es que la placenta se desprenda antes del nacimiento. Esto puede provocar la muerte del bebé y de la madre. El desprendimiento de placenta puede ir acompañado o no de hemorragia genital, pero siempre hay un dolor abdominal intenso.


En cualquiera de los dos casos, se requiere ingreso hospitalario. Si se confirma la placenta previa, hay que valorar la magnitud de la hemorragia y la edad gestacional para finalizar la gestación o para ingresar en una unidad de riesgo alto obstétrico. En caso de desprendimiento de placenta, se debe realizar una cesárea urgente.

 

3.3 Ruptura prematura de membranas (RPM) en gestación pretérmino

El feto se encuentra dentro de la bolsa amniótica, rodeado del líquido amniótico, hasta el final del embarazo. La rotura de la bolsa se puede dar días u horas antes del parto o durante el parto. Cuando la ruptura se produce antes de que el embarazo llegue a término, es decir, a las 37 semanas, se considera una rotura prematura de membranas pretérmino. La aparición de contracciones o una infección materna pueden provocar esta ruptura, pero, en la mayoría de los casos, se desconoce el motivo. La RPM, a veces, puede ir acompañada de contracciones que la mujer percibe como molestias abdominales y lumbares. La salida de líquido amniótico es muy evidente, es decir, la mujer nota que se moja, pero puede confundir este hecho con el flujo vaginal abundante típico del final del embarazo. En este caso, es especialmente importante confirmar el diagnóstico de RPM con un test bioquímico específico que detecta las características propias del líquido amniótico, como, por ejemplo, la alcalinidad. Hay que tener en cuenta que la RPM aumenta el riesgo de infección fetal y de parto prematuro.

 

El manejo de la RPM pretérmino es diferente según la edad gestacional: en gestaciones antes de la semana 35 es aconsejable el ingreso hospitalario, reposo absoluto, comenzó un tratamiento para madurar los pulmones fetales (administración de corticoides a la gestante por vía intramuscular ) y llevar a cabo un conjunto de medidas ante la amenaza de parto prematuro. También está indicado el tratamiento antibiótico para evitar la infección y, si la RPM acompaña de contracciones, hay que iniciar el tratamiento farmacológico correspondiente para detenerlas.

A partir de la semana 35 no se toman medidas para detener el parto si se desencadena.

Una vez hecho el diagnóstico, hay que evitar los tactos vaginales, porque aumentan el riesgo de infección, y hay que dar información sobre todo el proceso y los riesgos que conlleva. La mujer que sufre una RPM se encuentra en una situación de angustia ante la posibilidad de la prematuridad del hijo y todo lo que ello conlleva. Es necesario que aprenda a observar los síntomas, como el dolor abdominal y lumbar, y las características de la pérdida de líquido amniótico (la cantidad, el color y el olor).
 

3.4 Amenaza de parto prematuro (APP) y parto prematuro

La amenaza de parto prematuro (APP) es la aparición de contracciones que producen modificaciones cervicales antes del final de la gestación. El riesgo principal de la APP, si no se hace un diagnóstico precoz y un tratamiento específico, es el parto prematuro que, según la edad gestacional, puede conllevar problemas muy graves para el bebé debido a su inmadurez, e todo, la muerte.

Tipo de prematuridad:

  • Prematuridad extrema. El nacimiento se produce entre las 20 y las 27 semanas de gestación.
  • Prematuridad moderada. El nacimiento se produce entre las 28 y las 31 semanas de gestación.
  • Prematuridad leve. El nacimiento se produce entre las 32 y las 36 semanas de gestación.


A partir de la 34ª semana de gestación, disminuye el riesgo de secuelas graves y mejora el pronóstico.

El APP tiene una sintomatología muy inespecífica, como dolor abdominal, aumento del flujo, dolor lumbar, etc .; a veces, puede ir acompañada de pérdida de líquido amniótico o de hemorragia.

Si se confirma la APP, se recomienda el ingreso hospitalario, reposo absoluto, un tratamiento específico para inhibir las contracciones y otro tratamiento para madurar los pulmones fetales (administración de corticoides a la gestante por vía intramuscular). Hay que dar una información precisa a la mujer ya la familia sobre las posibilidades de vida del feto y de las secuelas, según la edad gestacional.

Uno de los aspectos a tener en cuenta en los casos de APP es la maduración pulmonar. La maduración pulmonar consiste en administrar corticoides a la gestante por vía intramuscular para acelerar la maduración de los pulmones fetales. La maduración pulmonar disminuye muy significativamente el riesgo de complicaciones respiratorias causadas por la prematuridad, además, también tiene efectos beneficiosos sobre otros órganos fetales. Por ello, está indicada en todas las mujeres que se encuentran entre la 24ª y 34ª semana de gestación con riesgo de prematuridad.


3.5 Retraso del crecimiento intrauterino (RCI)

El feto crece y madura a medida que avanza la gestación. En los controles ecográficos se toman medidas del feto: del fémur y el húmero, del perímetro cefálico y abdominal, etc., para confirmar su crecimiento. En la ecografía del tercer trimestre, se hace una estimación del peso fetal y se compara con el peso estimado de unas tablas con datos clasificados según la edad gestacional. Se considera un feto con RCI aquel que tiene un peso inferior al percentil 10 para su edad gestacional; estadísticamente, sólo 10 de cada 100 fetos de la misma edad gestacional tienen este peso o menos. Hay diferentes tipos de RCI según las biometrías fetales. El RCI puede estar causado por:

  • Factores fetoplacentarios: insuficiencia placentaria, gestación múltiple o enfermedad fetal.
  • Malformaciones fetales.
  • Factores maternos: desnutrición severa, ingesta de fármacos o drogas o enfermedades maternas (por ejemplo, HTA).


En cualquier caso, es importante evaluar el bienestar fetal con pruebas, con el estudio de la circulación fetoplacentaria y con un seguimiento ecográfico. En función del resultado de las pruebas y de la edad gestacional, se valora la posibilidad de aplicar los tratamientos de la maduración pulmonar fetal y la finalización de la gestación.
 

3.6. muerte fetal

La muerte del feto es una de las peores experiencias que puede sufrir una mujer gestante. Aunque la mujer esté sana, la gestación sea normal y haya un buen seguimiento del equipo obstétrico, se puede producir la muerte del feto, por factores conocidos, como la asfixia por una vuelta de cordón, o desconocidos, incluso todo después de la autopsia. La reacción ante este hecho, tanto de la mujer como de la familia, depende del momento de la pérdida y del motivo; en general, cuanto más avanzado está el embarazo, peor es la experiencia.

En los casos de muerte fetal, la gestación suele finalizar con la inducción del parto. Se recomienda acompañar la madre durante todas las fases del proceso de duelo, Aceptar cualquier tipo de reacción, permitir la expresión de sentimientos y emociones, ofrecer la posibilidad de poder disfrutar de un espacio aislado y permitir el contacto con el hijo muerto.

 

3.7 Gestación cronológicamente prolongada (GCP)

Tradicionalmente, se considera aquella gestación que supera las 42 semanas o los 294 días. Estudios realizados a partir del año 2002 sugieren que un porcentaje pequeño de los embarazos pueden superar la semana 42 sin que ello suponga ningún riesgo para el feto. Considerar una gestación como prolongada presupone que todos los bebés deberían nacer en un período de tiempo estándar sin tener en cuenta las diferencias individuales; pero hay factores genéticos que influyen en la duración de la gestación: son habituales historiales familiares de gestaciones prolongadas. Cada bebé intrauterino tiene un tiempo adecuado de gestación, al igual que durante la infancia algunos niños aguantan la cabeza, se sientan o caminan antes que otros.


El líquido amniótico disminuye a medida que se acerca el parto y se considera fisiológico. No hay estudios claros que determinen con sensibilidad la cantidad óptima de líquido amniótico que debe tener un feto al final del embarazo.

Para diagnosticar una gestación prolongada, hay que tener una datación precisa del embarazo. En el manejo de la GCP se recomienda hacer los controles de bienestar fetal que la mujer embarazada y el profesional consensúen. Si no se produce el parto espontáneo, a partir de la semana 42, la gestante deberá ser informada de los riesgos y beneficios de la inducción del parto y de la conducta expectante para poder tomar la decisión que considere más adecuado.

 

Fuente: https://www.infermeravirtual.com/cat/situacions_de_vida/embaras#informacio_relacionada-l_embaras_i_altres_situacions_de_vida

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