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Problemas de salud relacionados con el parto

Justo antes del parto y en la fase de pródromos

Complicaciones justo antes del parto y en la fase de pródromos

  • metrorragia. Es la pérdida de sangre por la vagina. El cuello uterino puede sangrar levemente durante la dilatación debido a la rotura de los vasos pequeños, pero una pérdida continua con sangre roja y similar a la de una menstruación puede ser una señal de desprendimiento de placenta (si va acompañada de dolor) o de placenta previa (si no va acompañada de dolor).
  • Dolor abdominal severo. Habitualmente se trata de una contracción en la que el útero no se relaja; la contracción persiste y no cede si no se aplican métodos farmacológicos. Puede estar causada por un desprendimiento de placenta o por ruptura uterina, entre otros motivos.
  • Ausencia de movimientos fetales durante todo un día.
  • cefalea intensa. Puede estar relacionada con una subida de la tensión arterial.
  • alteraciones visuales. Consisten en visión borrosa, visión doble o intolerancia a la luz; también están relacionadas con una subida de la tensión arterial.
  • Rotura prematura de membranas. Romper la bolsa de las aguas es una de las maneras de iniciar el parto. Generalmente, el parto tiene lugar en las 24 horas siguientes a la rotura de la bolsa; de lo contrario, se debe provocar, ya que aumenta el riesgo de infección materna y fetal. Hay que evitar los tactos vaginales en mujeres que rompen la bolsa de las aguas y no tienen contracciones, ya que esta exploración multiplica el riesgo de infección.
  • Presentación o prolapso del cordón. Cuando se rompe la bolsa de las aguas y el feto no está encajado en la pelvis, se puede producir un prolapso del cordón; es decir que el cordón umbilical sale antes del feto y, cuando éste se encaja, el cordón queda estrangulado y se interrumpe la circulación sanguínea entre el feto y la placenta. Si no se hace una cesárea urgente, el feto puede morir o sufrir secuelas graves.

 

 

'Complicaciones justo antes del parto y en la fase de pródromos', d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE, Con modificaciones realizadas por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sabadell

 

Durante la dilatación

Complicaciones durante la dilatación

  • parte estacionado. Se da cuando el parto no evoluciona, aunque haya contracciones.
  • Pérdida del bienestar fetal (PBF). Se da cuando el feto no recibe suficiente oxígeno durante las contracciones. Generalmente, la PBF se diagnostica con la monitorización fetal.
  • metrorragia.
  • Dolor abdominal severo.

 

'Complicaciones durante la dilatación', d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE, Con modificaciones realizadas por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sabadell

 

Durante la fase de expulsión


Complicaciones durante la fase de expulsión

  • Pérdida de bienestar fetal. En la fase de expulsión, la cabeza sufre una presión que, durante la contracción, puede hacer bajar la frecuencia cardíaca del feto, pero que vuelve a la normalidad cuando la contracción se acaba. Esta situación no se considera un signo patológico, pero si la bradicardia fetal se mantiene, puede haber pérdida de bienestar fetal, y en este caso hay que terminar el parto tan pronto como sea posible.
  • parte estacionado. En esta fase del parto ya se ha completado la dilatación y el feto se ha de ir encajando en la pelvis materna. Si no se encaja, puede ser debido a una desproporción pelvifetal (DPF): el feto es demasiado grande para la pelvis y no puede pasar. Se pueden dar otras situaciones, tales como que el feto se encaje en la pelvis de manera que le sea difícil hacer las maniobras de adaptación propias de esta fase (rotación y descenso); en esta caso, en función del lugar de la pelvis en que se sitúe la cabeza, o bien habrá que terminar el parto mediante una cesárea o bien se deberá utilizar instrumental. Para diagnosticar un parto estacionado en esta fase, hay que esperar un tiempo determinado por las circunstancias individuales de cada mujer y de cada parte. Así, se considera normal que la fase de expulsión sea más larga en su primer parto o si se utiliza anestesia peridural; en cambio, si hay una pérdida de bienestar fetal, habrá que intervenir para abreviar este periodo.
  • Distocia de hombros. Se refiere a un tipo de desproporción entre el feto y la pelvis materna que se diagnostica una vez ha salido la cabeza. En el parto normal, el feto encaja la cabeza en la pelvis y hace una rotación hasta que se sitúa mirando hacia la espalda de la madre y sale; una vez la cabeza está fuera, vuelve a hacer una rotación junto con los hombros, que se colocan dentro de la pelvis. En la distocia de hombros, la cabeza no gira o lo hace con dificultad, por lo que queda empotrado en el periné, porque los hombros son demasiado grandes para la pelvis y no encajan espontáneamente. Para resolver este problema, se puede recurrir a varias maniobras, tales como que la madre se ponga en cuclillas (con las piernas encogidas hasta que las nalgas toquen los talones) o de cuatro patas.
  • desgarros. Durante la fase de expulsión, la vagina, la vulva y el periné sufren una elongación en todas las fibras (piel, mucosa y músculo) que puede provocar desgarros. Los desgarros de primer y segundo grado, que afectan piel y mucosa, se corrigen fácilmente con una sutura simple, pero los de tercer y cuarto grado, que afectan piel, mucosa, músculo, esfínter anal y mucosa rectal pueden requerir un seguimiento para tener mayor riesgo de complicaciones a largo plazo.
     

 

 

'Complicaciones durante la fase de expulsión', d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE, Con modificaciones realizadas por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sabadell

Al alumbramiento y el puerperio inmediato

 

Complicaciones durante la fase de alumbramiento (Parte de la placenta) y el puerperio inmediato (las 24 horas posteriores al parto)

  • Retención de placenta o de restos placentarios. la placenta se desprende del útero después de la salida del bebé. Generalmente, el alumbramiento se produce durante la hora siguiente al nacimiento; si no es así, habrá que hacer maniobras para favorecer su desprendimiento. En último término puede ser necesaria una extracción manual de placenta.
  • Atonía uterina. Después del alumbramiento, el útero se contrae fuertemente y se forma el llamado globo de seguridad; gracias a este mecanismo fisiológico, el útero deja de sangrar. Cuando no se forma el globo de seguridad, se produce la atonía uterina y la mujer sufre una hemorragia; en estos casos, hay que vaciar la vejiga de la orina con una sonda vesical, practicar un masaje uterino sobre el abdomen materno o bien administrar fármacos para favorecer la contracción del útero. Si la hemorragia no se corta y el útero no se contrae, se deberán tomar medidas quirúrgicas, tales como colocar un balón intrauterino para hacer compresión sobre la cama placentario, ligar algunos de los vasos que irrigan el útero o, en última instancia, practicar una histerectomía (extirpación del útero).
  • hemorragia posparto. La puede provocar una atonía uterina o la pérdida de sangre de los vasos del cuello uterino o de la vagina debido al traumatismo del parto.
  • inversión uterina. Es una complicación poco frecuente y, generalmente, provocada por una tracción del cordón umbilical antes de que se desprenda la placenta que provoca una invaginación del fondo del útero. Hay que devolver el útero en su lugar lo antes posible, siempre bajo anestesia, y, si no es posible esta operación, será necesario practicar una histerectomía (extirpación del útero).
  • hematoma perineal. Los traumatismos perineales como los desgarros o la episiotomía (corte en el periné para acelerar la salida del bebé) se pueden complicar por la pérdida de sangre de los vasos internos, que generan un hematoma una vez se ha suturado el desgarro o la episiotomía .

 

 

'Complicaciones durante la fase de alumbramiento', d'Enfermera Virtual, Contenido bajo licencia CC BY-NC-ND 3.0 SE, Con modificaciones realizadas por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sabadell