Terapia precoz de pacientes con COVID-19
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A principios del mes de febrero la revista más importante del mundo en la categoría de enfermedades infecciosas (según establece el Journal Citation Reports), Lancet of Infectious Diseases, Publicó un artículo científico sobre el estudio de transmisión de la COVID-19 en Cataluña entre el 17 de Marzo y el 28 de Abril de 2020. Este artículo deriva de todo un estudio previo que inició con el estallido de la pandemia en España y que ha ido dando lugar a otras publicaciones en revistas momentos magistrales en la biomedicina, como el Journal of Infectious o el New England Journal of Medicine (NEJM).
Uno de los integrantes de esta línea de investigación es Marco Corbacho, Investigador del Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí (I3PT) especialista en dermatología oncológica y con experiencia en tratamiento de enfermedades comunitarias como el pian en Papúa-Nueva Guinea.
A continuación Corbacho nos explicará cómo ha sido el proceso de investigación que ha vivido desde el inicio de la pandemia, en qué punto se encuentra la búsqueda de la Fight AIDS and Infectious Diseases Foundation y cuáles son los próximos pasos que le deparan en su lucha contra la COVID-19.
Teniendo ya experiencia en el tratamiento de enfermedades comunitarias, de qué manera te llevó todo ello a empezar a investigar sobre la COVID-19?
A finales del 2019 tuve la oportunidad de trabajar con el Dr. Oriol Medio en uno de los proyectos que coordina para la erradicación del Pian en Papúa-Nueva Guinea, concretamente uno que comparaba la eficacia de tratar con una o tres dosis de Azitromicina. En marzo de 2020 estaba prevista una nueva ronda de tratamiento en la que iba como investigador, coordinando el trabajo de campo.
Como para muchos grupos de investigación, el estallido de la pandemia significó la paralización de muchos proyectos. Pero por el Dr. Medio, quien precisamente tiene experiencia en replantear el uso de medicamentos ya aprobados para nuevas indicaciones, supo mover un equipo que estaba preparado por el Pian y la Azitromicina en el pacífico, y le cambió el chip para la hidroxicloroquina y la COVID- 19.
Este estudio tiene una duración desde el inicio de la pandemia, en marzo, hasta el 28 de mayo. ¿Cuáles fueron las principales problemáticas a las que tuvisteis que hacer frente?
Fueron muchas, debido principalmente al cambio constante de la situación epidemiológica. Se planteó el estudio antes del confinamiento estricto y se puso en marcha cuando se instauró. Esto requirió replantear palabras aspectos de los métodos, procedimientos y la logística, como la movilidad de los equipos en estado de alarma, ampliar el tamaño muestral para compensar la reducción en el número de contactos que, de rebote, significó contratar más investigadores y alargar el estudio.
Además, en ese momento aún se disponía de poca información de la letalidad y transmisibilidad de la enfermedad y, como todos teníamos miedo y dudas. Por suerte, tuvimos la suerte de encontrar muchos sanitarios valientes, dispuestos a llevar a cabo el estudio.
El 21 de octubre se produce la aceptación de su publicación en el NEJM. Los resultados descartan la presumible efectividad de la hidroxicloroquina, ni en tratamiento precoz ni en estudios profilácticos. Hacia donde avanza su investigación?
Nuestro estudio, junto con 3 otros que tampoco encontraron eficacia de la hidroxicloroquina como fármaco en primeros instantes de la enfermedad, frenó las intenciones de algunos países de usarla de forma masiva. Esto hubiera sido una falta de recursos gigante, por no hablar de los efectos adversos innecesarios.
La enorme base de datos bien estructurada que generamos ha servido para otras conclusiones que han añadido conocimiento de la enfermedad. Por no hablar de que nos ha dado una enorme experiencia al equipo, que ahora continúa investigando en la prevención y tratamiento, ahora en una situación más normalizada.
Toda esta base de datos que voy desarrollar durante el inicio de la pandemia y toda esta línea de investigación han llamado la atención de otros grupos de investigación. ¿Qué estudios han ido derivando?
Para empezar, las muestras PCR positivas han podido utilizarse para probar el rendimiento de los actuales test de antígeno y ha contribuido a apoyar su uso actual en el diagnóstico de casos y contactos expuestos. También, el RNA viral de estas muestras ha sido secuenciado por el Instituto de Biomedicina de Valencia y aportará mucha información sobre las variantes genómicas y su potencial de transmisión, sus cambios en la evolución de la pandemia.
Por otra parte, un análisis en conjunto con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Utilizando los datos del estudio, ha encontrado que la carga viral elevada implica un mayor riesgo de contagio y de desarrollar síntomas de COVID-19. Además, trabajamos con otros equipos que han finalizado estudios con la hidroxicloroquina para hacer una fusión de los datos y revisar los resultados que hemos obtenido por separado. Esto permitirá hacer una conclusión más robusta.
En la actualidad la base de datos sigue compartiendo libremente con investigadores que nos la solicitan para probar sus hipótesis en dinámicas de transmisión o estadística aplicada a ensayos clínicos, entre otros. " afirma Corbacho
Pronto hará un año del inicio de la pandemia en Europa. ¿En qué punto se encuentra su búsqueda y cómo crees que podríamos participar todos juntos para ayudar a que la lucha contra la COVID-19 avance aún más rápido?
Actualmente y aprovechando la experiencia del equipo investigador, estamos ensayando el plasma convaleciente en la terapia precoz de pacientes con COVID-19. Pensamos que administrar plasma rico en anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2 puede prevenir la evolución a una enfermedad grave. El problema es que nos cuesta reclutar a la misma velocidad que en la primera ola de la pandemia. Y es una lástima, ya que existe publicado en NEJM un ensayo clínico bien diseñado que ya ha encontrado eficacia si se da en los primeros momentos de la enfermedad. Y digo curioso, porque que la hidroxicloroquina no es eficaz lo hemos sentido en todas partes, pero el plasma no se habla nada. Esperamos poder cambiar esto en los próximos meses con la conclusión del estudio en curso actual.
Pienso que es esencial que los sanitarios, cuando nos encontramos hacia una enfermedad sin tratamientos eficaces, nos informamos de los ensayos en curso y animamos a los pacientes a participar. Es la manera de avanzar con seguridad y de darles una opción a beneficiarse.
Guillermo Cebrian
Graduado en Información y Documentación (UB) y Máster en Gestión y Dirección de Bibliotecas y Servicios de Información (UB). Al I3PT soy Responsable de la Unidad de Gestión del Conocimiento y me encargo de la recogida y diseminación de su producción científica. Me apasionan las nuevas tecnologías, la gestión de datos y la ciencia abierta.
All stories by: Guillem Cebrian
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