La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948 definió la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades. Posteriormente añadió "la capacidad de las personas para hacer frente a desafíos y cambios", incluyendo también el aspecto funcional de la salud.
Sentirse bien con uno mismo, con los demás y con nuestro entorno de una forma equilibrada y saludable nos ayuda a adaptarnos a estos desafíos de la vida.
Fomentar el cuidado de nuestras emociones, mantener relaciones personales y sociales positivas a través de actividades saludables como el descanso, el contacto con la naturaleza, participar en programas culturales, o aprender cosas nuevas son elementos clave para conseguir un buen estado de bienestar emocional y social.
La sensación de angustia y estrés son factores de desequilibrio en momentos críticos de nuestra vida. Algunas técnicas de relajación como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva, la atención plena y el pensamiento positivo pueden ayudarnos a reducir estos momentos y mejorar nuestro bienestar.
Consulte las recomendaciones del canal salud:
https://canalsalut.gencat.cat/ca/vida-saludable/salut-mental/consells-tenir-cura/controlar-angoixa-estres/
Consejos para cuidar la salud mental
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Los hábitos saludables para la salud mental y el bienestar emocional son aplicables a la mayoría de las personas de todas las edades e incluyen aspectos como el estilo de vida, las relaciones personales o las actividades que se realizan.
Tal y como sucede con otros aspectos de la salud, como la cardiovascular o la respiratoria, la persona puede influir de forma positiva en su salud mental y en su bienestar emocional y actuar para mejorarlos en la medida de lo posible.
Es importante tener claro que no existe una receta única, puesto que cada persona tiene unas predisposiciones particulares y también una situación personal y unas condiciones de vida determinadas. Sin embargo, existen un número de acciones que son aplicables a la mayoría de las personas de todas las edades, y se engloban en lo que se llaman hábitos saludables para la salud mental y el bienestar emocional. Éstos incluyen aspectos como el estilo de vida, las relaciones personales o las actividades que se realizan.
Siempre que sea posible, es recomendable intentar complementar estas pautas generales con una reflexión personal sobre las cosas que se consideran importantes para el propio bienestar emocional y que quizá deberían priorizarse más en el día a día.
En términos generales, se puede considerar como una buena receta intentar aumentar el tiempo dedicado a acciones que ya se realizan y se sabe que mejoran el bienestar (y también reducir lo que le perjudica) con el inicio de alguna actividad nueva y motivadora. Esta combinación puede ser más fácil de llevar a cabo que intentar incorporar un conjunto completo de actividades nuevas o cambios en los hábitos.