Montse González, administrativa de admisiones de Urgencias del Parc Taulí, ha sido dos semanas en los campamentos de refugiados de Idomeneo y EKO trabajando como voluntaria con la ONG Ayudemos, ayudamos, Help de ayuda a los refugiados. Próximamente volverá, por tercera vez, para continuar con la ayuda humanitaria y empezar proyectos en los campos militarizados.
Montse, ¿qué te impulsó a viajar a Grecia como voluntaria?
Una de las fundadoras de la ONG Ayudemos, ayudamos, Help, Carmen Aranda, me explicó la experiencia que había tenido como voluntaria en los campos de refugiados de Grecia. Carmen es enfermera en el Hospital Clínico de Barcelona. Le pregunté si yo podía ser útil, aunque no es profesional asistencial, y me dijo que sí, que toda ayuda era bienvenida. Me explicó que los refugiados necesitaban productos básicos de higiene y que preparaban una nueva expedición. Con la colaboración del Parc Taulí, organizamos una campaña de recogida de todo tipo de productos como jabones, cremas solares, gorras, ropa interior, entre otros, y llenamos tres camiones. En tres semanas ya estaba viajando hacia Grecia.
En qué campos estuviste y qué situación vas encontrarte en llegar?
Básicamente estuve a EKO y otros emplazamientos más pequeños, ya que a Idomeneo había más control policial y era más complicado el acceso. La situación es indescriptible, tal como imaginaba. Sentía una mezcla de sensaciones, entre la alegría de estar allí y poder ayudar, y el sentimiento de tristeza e impotencia de ver las penosas condiciones de vida de la gente.
Cómo fue la acogida y la convivencia con los refugiados?
Excelente, están muy agradecidos. Es inevitable establecer vínculos personales con ellos. Se muestran muy agradecidos por la labor de los voluntarios. Enseguida que llegas, sobre todo los niños, vienen abrazarte y todo el día están pegados a ti. Tienen mucha necesidad de estima. Son muy hospitalarios, no dudan en invitarte a su tienda y te ofrecen todo lo que tienen, que no es mucho. Educados y amables. Sólo piden una vida digna. Un trabajo, un techo y que su hijos puedan estudiar. Se preguntan cuánto tiempo durará esta situación, quieren trabajar, ganarse la vida. Son gente como nosotros. Nos queremos mucho y nos lo demuestran con su hospitalidad. Ellos dicen que los voluntarios somos su vínculo con la sociedad.
En que consistía su trabajo?
En un pueblo cercano al campamento, Policastro, teníamos el almacén central donde descargar todo el material. Se hacía un trabajo de clasificación de paquetes para repartir entre familias. Contactàvem con otros voluntarios, en nuestro caso los Bomberos en Acción, bomberos de EREC, que disponían de un vehículo grande para hacer el reparto. Al llegar al campo contactàvem con un representante de los refugiados, les explicábamos los productos que llevaban y nos organizábamos para hacer el reparto. La relación entre los voluntarios de todas las ONG ha sido excelente y nos hemos ayudado mutuamente, una colaboración que establece unos vínculos personales. La mayoría de voluntarios son catalanes, los niños enseguida aprenden palabras catalanas.
Estuviste presente en el desalojo de Idomeneo. ¿Cómo fue?
Después de una semana de estar allí comenzaron a desmantelar del campo. Fue un día muy dramático. Nosotros, ONG y periodistas, estábamos situados cerca de la frontera de Macedonia y de buena mañana ya no nos dejaron acceder a Idomeneo. Nos reunimos allí periodistas y voluntarios para despedir a los autocares cargados de refugiados. Fue muy emotivo y triste a la vez, porque ellos no sabían donde iban, estaban contentos, pensaban que se iban a un destino diferente al que están ahora: el campos militarizados. Y te quedas con un sentimiento de impotencia y rabia por todo lo que está pasando.
¿Por qué decidiste volver?
Había una nueva expedición y los echaba de menos. Tenía ganas de volver a ver los refugiados con los que más contacto he tenido. Es como una necesidad y, además, la ayuda siempre es necesaria. Volvimos a ir un grupo grande. Llevamos repelente para los mosquitos y cremas de protección solar porque ahora son productos muy necesarios.
Tras volver de tu segundo viaje de cuatro días desalojaron el campo de EKO que es donde más trabajaste. Como lo viviste?
El día del desmantelamiento de EKO aún fue más dramático. Viví el tema online, conectada al minuto con las familias que más contacto tengo. Nos informábamos al momento de todo lo que estaba sucediendo. Era un campo más pequeño que Idomeneo donde había unos 10.000 refugiados. A EKO eran unos 2.000, toda la infraestructura estaba hecha por voluntarios, había escuela, eKokitchen, era como un pueblo, incluso los voluntarios nos podíamos quedar a dormir.
¿Cuál es la situación actual?
Ahora están destinados a campos militarizados y las condiciones de vida son peores. Los refugiados de EKO están a Vasiliki, en unas condiciones pésimas. Viven en tiendas ubicadas en naves industriales abandonadas. No hay luz natural. No siempre tienen agua, ni electricidad, ni servicios médicos. Los niños ya hace tiempo que no dan clases. Los voluntarios no siempre tienen acceso. Hay que pedir permisos y no siempre te dan.
Vuelves a marchar hacia Grecia el próximo 15 de julio. Qué vas en esta tercera expedición?
Principalmente reencontrarme con las familias de EKO y ver in situ como están. La ONG quiere poner en marcha proyectos como la escuela, y el ekokitchen. Otro proyecto es hacer huertos para autoconsumo. En definitiva, colaborar en lo que haga falta. La ONG Ayudemos, ayudamos, Help está trabajando con otras organizaciones como Stop Madre Mortum, Bomberos Voluntarios, Distrito II y Eko Project para crear un "Catalán team ' los campos de refugiados y una red para atenderlos en Cataluña con el apoyo de la Dirección General de Cooperación al Desarrollo de la Generalitat.
Montse, qué destacarías de esta experiencia?
Personalmente me siento satisfecha de conocer de cerca la situación y ayudar en todo lo que esté en mis manos. Y, como no, la estima de la gente y principalmente de los niños, un vínculo irrompible. Pero la gran inquietud de todos los voluntarios es saber cuando los países europeos acogerán a estas personas, cuando cumplirán su compromiso. Los voluntarios podemos cubrir las necesidades básicas diarias, pero esto no es la solución. El objetivo se presionó para que Europa dé acogida y ofrezca una solución ya. ¿Por qué no los dejan llegar hasta aquí, donde somos muchos los que estamos dispuestos a acogerlos? Nadie nos contesta ...
Mucha suerte en tu próximo viaje!
Deje un comentario